LA AUTOINDULGENCIA NOS VA A MATAR


Es bastante común encontrarnos con publicaciones compañeras que presentan análisis económicos con exceso de voluntarismo, esas reflexiones nos caen simpáticas, se acomodan a nuestros pensamientos, a la visión de la realidad que compartimos, pero no debemos dejar pasar algunas inconsistencias, porque las limitaciones materiales existen, y nos hemos chocado con ellas una y otra vez, si seguimos errando estamos fritos.

En este caso se hace referencia a la restricción externa como un fantasma imaginado por heterodoxos progres que no tienen la determinación que tenemos los Peronistas. La columna del compañero fue publicada en https://revistamovimiento.com/ un sitio muy recomendable.

Si analizamos punto por punto, veremos que hay aseveraciones muy cuestionables:

Como se puede ver comienza con la descripción de las propuestas ortodoxas, el debate arranca cuando entramos en la descripción de las propuestas heterodoxas:

Es cierto que existe una brecha tecnológica respecto a los países más desarrollados que torna menos competitiva nuestra industria en general, no creo que se pueda poner eso en duda, además el rendimiento del capital invertido en actividades agropecuarias respecto a las industriales es mucho mayor, sin embargo eso no es un impedimento para alcanzar mayor grado tecnificación que alcance niveles de competitividad aceptables, pero para ello se requieren divisas aunque sea al principio de este proceso.

Lo que no resulta muy aceptable en este párrafo, es que se afirme que desde la heterodoxia se proponga crecimiento “moderado” que nos impide alcanzar los niveles de desarrollo de países centrales. En general, sean más o menos mercado-internistas, todas las propuestas apuntan a sustituir importaciones y aumentar exportaciones, es decir mejorar la matriz productiva, para sortear la restricción externa.

La última frase (no generamos la suficiente riqueza para vivir bien), puede ser un poco capciosa, se podría decir que se genera, pero se distribuye mal, sin embargo esa mala distribución no es vertical, el problema que tenemos es la matriz productiva, donde existen sectores de muy baja productividad y otros de muy alta productividad y concentración, igualmente en el valor del PIB per cápita está la respuesta, somos un país de ingreso medio, es decir se genera menos riqueza que en los países de altos ingresos.


En este tramo se pretende equiparar la coyuntura actual a la de comienzos de la 2da guerra mundial buscando las semejanzas que podrían dar lugar a similares herramientas para solucionar problemas parecidos, es válido recurrir a ese ejercicio, siempre y cuando se preste atención a las grandes diferencias de contexto geopolítico, económico, financiero, y sobre todo tecnológico.

En el momento con el cual compara esta actualidad existían 2 enormes diferencias, una el grado de avance de la tecnología y su velocidad de desarrollo, y la otra es que nuestra realidad económica es mucho menos atractiva respecto a países con alto grado de desarrollo que en aquel momento como para reclutar técnicos y profesionales que puedan impulsar la renovación que necesita nuestra industria con alto contenido tecnológico. Si bien existe una red de escuelas técnicas que puede proveer mano de obra calificada, y existen casos puntuales de diseño/producción con alto contenido de valor agregado con conocimiento complejo, no estamos preparados para producir los insumos básicos o bienes de capital que se producen a escalas enormes en países centrales y/o mucho más poblados, con productividad que no podríamos lograr sin inversiones enormes a riesgo de conseguir los mercados donde ubicar la producción, es decir no es rentable producir ciertos bienes para el mercado interno. 


En los 30, cuando comenzó esa industrialización silvestre y fundamentalmente de productos de consumo final (liviana), se logró en un mundo que no estaba globalizado y financiarizado, con otros medios de comunicación, incomparables a los de hoy en dia, ese proceso lo llevó adelante la oligarquía (principalmente, en producción masiva, y hasta el 43) que hoy no parece dispuesta a embarcarse en algo así, en épocas donde ya ni produce en sus tierras, dedicadas casi exclusivamente a la renta inmobiliaria y financiera. Un mundo con una guerra en Europa, alimenta la industrialización China, cada día más competitiva en precios y calidad.


Completamente de acuerdo en este párrafo, lo que no se expresa aquí, es cómo se logra eso. No parece que tengamos una burguesía industrial con pertenencia nacional dispuesta a llevar a cabo semejante proyecto, ni una conciencia popular dispuesta a hacer el esfuerzo para que el Estado Nacional se ponga al frente del desafío.


Finalmente, no hay ninguna condena en vender nuestros productos al exterior, no tienen porque decidir afuera que producimos y vendemos, pero es necesario exportar, y a la vez importar lo que no podemos o no nos conviene producir. Está muy bien vivir con lo nuestro, y no está mal si ello nos alcanza para comprar afuera lo que necesitemos también.

La restricción externa existe, es un dato de la realidad que no se debe soslayar, no solo es un cuello de botella para nuestro crecimiento económico, una barrera que nos impide alcanzar la generación de riqueza necesaria para alcanzar los niveles de los países más desarrollados, sino que además es una fuente de inestabilidad que retroalimenta el problema. Y fundamentalmente, hoy en día tiene una característica mucho más difícil de sortear que en el pasado, ya que el componente financiero es determinante, y se debe resolver con inteligencia, con compromiso y mucho trabajo, con la voluntad solo no alcanza e ignorando el problema mucho menos.

Dejo el enlace de la nota en cuestión  https://revistamovimiento.com/politicas/es-realmente-tan-restrictiva-la-restriccion-externa/

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